tag:blogger.com,1999:blog-32492462.post4087357976754570481..comments2023-12-27T05:36:10.037+11:00Comments on Bolivia Rising: An emerging common senseBolivia Risinghttp://www.blogger.com/profile/07931217260294325442noreply@blogger.comBlogger1125tag:blogger.com,1999:blog-32492462.post-88400212924762277372007-06-14T11:07:00.000+10:002007-06-14T11:07:00.000+10:00“El estado del Estado en Bolivia” Álvaro García L...“El estado del Estado en Bolivia” <BR/>Álvaro García Linera<BR/>En el Informe Nacional sobre Desarrollo Humano 2007: “El estado del Estado en Bolivia” se juntan varias explicaciones, análisis plurales, que abordan desde distintos ángulos el funcionamiento y la lógica de organización del Estado. El debate que abre esta publicación es extraordinario, no sólo al interior de las ciencias sociales sino fundamentalmente de la sociedad civil profundamente politizada en tiempos de cambio y de transformación estatal. <BR/>Transformacion radical<BR/>Hace más de siete años debatíamos en el país si estábamos atravesando o no una crisis de Estado. Los hechos demostraron que el Estado se estaba transformando radicalmente. ¿Qué significa esto? Que hay un cambio sustancial en sus correlaciones de fuerzas, es decir, en el posicionamiento de grupos con capacidad de decidir o de mandar.<BR/>Cuando uno oye la historia del Presidente Morales, campesino, migrante, obrero, llamero, trompetista, productor cocalero, convertido en Presidente de la República, está claro que el mundo ha cambiado radicalmente en cuanto a quiénes son hoy los que tienen capacidad de decisión. Los grupos que ahora comienzan a controlar los ámbitos de decisión de la administración del Estado se han modificado de manera dramática. <BR/>Lo mismo en las creencias. Si uno revisa las creencias dominantes de hace apenas siete años está claro que el “sentido común” ha variado notablemente. Hace siete años el sentido común se movía en torno a la eficiencia, la inversión extranjera como salvación del país, los pactos políticos para garantizar gobernabilidad y viabilizar la democracia, la globalización como nueva muletilla detrás de la que corrían gobernantes, intelectuales y organismos internacionales. Ese era el sentido común que atravesaba a gobernantes y gobernados. Hoy estamos ante un nuevo sentido común que se expone de manera muy detallada en la investigación del PNUD.<BR/>Un nuevo sentido comun<BR/>¿Cuáles son los ejes del nuevo sentido común? Hay una satisfacción con la democracia y la gente se siente comprometida con ella. La democracia está pasando sus pruebas de fuego: no solamente es capaz de ser el escenario de resolución en momentos de estabilidad, sino en momentos de crisis, de transición estatal, de transformación del Estado. Ello se explica por la fortaleza de la sociedad civil que ha permitido anular y atemperar las posibilidades de confrontación y de violencia social. <BR/>Atrás ha quedado también la democracia reducida a pactos partidarios. Nadie ya traga el cuento de que democracia es poner un voto cada cinco años y esperar que otros trancen en el Parlamento. Hay una apetencia de auto-representación y de autogobierno. Es decir, hay una búsqueda de profundizar la democracia como co-gobierno, como acuerdo de todos para tomar decisiones en el conjunto de la administración del Estado. <BR/>Otro elemento del cual habla el Informe del PNUD es la pluri-institucionalidad. Es ya un sentido común que no existe solamente una lógica de acción política individual, sino que hay formas comunitarias de tomar decisiones, igualmente legítimas, que no son ni superiores ni inferiores. El Estado pluri-institucional es la única manera de superar esta esquizofrenia de elites que caracterizó a los gobernantes en 180 años: proyectarnos muy liberales para una sociedad que no es liberal ni lo será los siguientes cien años, porque la base material del liberalismo: la individuación, no se ha producido de manera plena en la sociedad boliviana. <BR/>Y ese es un hecho de economía. En tanto haya estructuras tradicionales de la economía agraria y estructuras tradicionales de la economía urbana, habrá colectivismo. Y éste será la forma de tomar decisiones en una sociedad que encuentra en la articulación colectiva la única manera de suplir la ausencia de Estado o de recursos de movilidad social. <BR/>Otro eje de este sentido común es el nuevo papel del Estado en la economía. Hasta hace tres años, frente al discurso dominante de privatizaciones emergió otro discurso de nacionalizaciones. La pregunta era cómo entender la recuperación de los recursos públicos. El Informe del PNUD muestra una imagen de recuperación de los recursos naturales en manos del Estado. El privatismo obsesivo y fracasado de los años 90 no ha sido sustituido por un comunitarismo local, sino por la idea del Estado nacional. Esto brinda un enorme aporte al debate en la Constituyente. El gas, el agua, el petróleo, los minerales, ¿son de propiedad de las comunidades, de las naciones indígenas, del municipio, del Departamento, de las provincias? El sentido común nos dice que los recursos naturales son del yo colectivo, es decir, del Estado.<BR/>Un nuevo patriotismo<BR/>Hay una profunda claridad sobre lo que podríamos llamar emergencia o la base material de un nuevo patriotismo. Más que de un nuevo nacionalismo, al estilo del 52, lo que estamos viendo es el surgimiento de un nuevo patriotismo que tiene una composición cultural identitaria plural. Es un país de varias naciones, pero está teniendo la capacidad de construir un Yo colectivo que nos une: la Patria. Y la forma de materialización de la Patria es el Estado. <BR/>El otro sentido común es la emergencia de identidades plurales. Somos aymaras, somos quechuas, somos guaraníes, mojeños, trinitarios, pero fundamentalmente hay una identidad superior que las engloba a todas: somos bolivianos. Todos tenemos muchas identidades, pero solamente algunas identidades tienen una carga y función política. Lo novedoso es que hay ciertas identidades que tienen un efecto político movilizador. Y esas son las identidades étnica-local y patriótica-nacional. <BR/>No es entonces la repetición del proceso del 52, que homogeneizaba la cultura y la lengua. Hoy el Yo colectivo no es homogéneo: reivindica su identidad local y nacional. <BR/>Crisis y esperanza<BR/>Varios ejes de este sentido común nos hacen avizorar que más allá del debate polarizado algo comienza a unirnos. Muchas cosas nos separan, nos confrontan y disentimos en ellas. Por eso hay una profunda crisis estatal que va más allá del horizonte liberal o neoliberal y atraviesa la propia estructura republicana. Lo que hoy está en juego son los grandes problemas irresueltos de la vida republicana (descentralización político-administrativa, culturas, idiomas, colores de piel y la pluri-institucionalidad del Estado). <BR/>No sólo estamos abordando como generación problemas de corta temporalidad, de coyuntura, de 20 años: estamos abordando problemas de nuestra vida republicana que no pudieron ser resueltos ni por gobiernos militares ni por caudillos bárbaros, ni por caudillos letrados, ni por liberales, ni por nacionalistas ni por neoliberales. Y es ahí quizás el gran desafío que se nos presenta como sociedad. <BR/>Existe una plataforma donde, pese a nuestras divergencias y temores, comenzamos a sentirnos partícipes del Yo colectivo. Es un gran reto abordar estos temas, convertir este sentido común en estructura institucional del Estado y en una nueva estructura de correlación de fuerzas legítima y sostenible. Si lo logramos, esto que hoy provoca angustia y es parte de nuestra vida conflictiva, habrá encontrado una salida exitosa y podremos mirar el futuro de manera digna. Porque habremos resuelto la herencia de los retos de nuestros antepasados y habremos brindado a nuestro país un camino sólido de convivencia y pertenencia colectiva. El aporte que nos hace esta investigación del PNUD es gigantesco. Siento que es una obligación, no sólo de los constituyentes, sino de los políticos, de los gobernantes y gobernados, acercarse a este Informe que no solamente muestra los problemas, sino que también nos abre las esperanzas para resolver las profundas tensiones que tenemos.<BR/>Definitivamente estamos, desde la obra de Zavaleta: Lo nacional-popular en Bolivia y El poder dual, ante la obra más importante de las ciencias sociales sobre el Estado en Bolivia .<BR/>Álvaro García Linera es Vicepresidente de la República. Síntesis editada de sus palabras en la presentación del Informe sobre Desarrollo Humano 2007.Anonymousnoreply@blogger.com